Todos los dias cuando te levantas, no sabes qué cosas te van a ocurrir ese dia, pero hay dias que preferirias no haberte levantado. A mi me ha ocurrido en esta semana, cuando el jueves recibi la mala noticia de perder a una amiga por un aneurisma. Se quedó en la mesa de operaciones. La noticia me ha encogido el corazón, pero cuál fue mi sorpresa, cuando en el tanatorio, me comunican que, otra de mis mejores amigas,padecía lo mismo, tenia un aneurisma y este le explotó, pero tuvo la suerte de que, como su oficio es médico, le dió cuando estaba trabajando en el hospital, por lo que la han cogido a tiempo. Llega a estar en su casa o en otro lugar, y la historia seria otra.
A veces, la vida te golpea duro, escasamente tienes tiempo para asimilar las cosas, y siempre piensas, "no puede ser, si estuve hablando con ella el martes...". Hoy estás aqui, y al segundo siguiente no sabes si vas a estar. La vida y la muerte están unidas.
Mi ánimo se ha quedado por lo suelos, lógico, pero siempre hay que intentar levantarse. Pero también es en estos momentos cuando aparecen tus amigos, llamándote y preguntándote cómo estás. Amigos a los que les preocupas, les interesas, y les importas. Son un verdadero tesoro.
Ayer fui a visitar al hospital a la amiga que me queda viva (por la otra ya no puedo hacer nada), ella desconoce el fallecimieto de la segunda (somos del mismo grupo), y tuve que hacer "de tripas corazón" cuando estuve hablando con ella, intentando darle ánimos (los pocos que me quedan a mi), pero creo que vale la pena el esfuerzo, vale la pena ver una sonrisa en un rostro amigo, ver la alegria que tuvo cuando me vio, en momentos asi, entre cuatro paredes de un hospital, sin levantarse de la cama, con cara de agotamiento y cansancio, esbozar una sonrisa en su cara es lo mejor que puedo hacer. Ella me da su alegria, yo le doy mi corazón.