sábado, 6 de noviembre de 2010

¿Cuántas cosas no hacemos por vergüenza?

   ¿Cuántas cosas no nos atrevemos a hacer por vergüenza? ¿Qué es la vergüenza? Vivimos en una sociedad donde nos inculcan unos valores, nos imponen unas normas, incluso nos orientan hacia un tipo de religión, ahora menos. Desde niños nos han cortado muchas veces nuestros impulsos más inocentes, nos han dicho : "no esto no lo hagas, esto no se hace". Vemos y hacemos lo que hacen los mayores, y cuando somos nosotros los mayores, lo transmitimos a nuestros hijos.
   Si, es cierto que no debemos subirnos encima de los coches, pero hay miles de cosas que no hacemos por el qué dirán. Hace un tiempo, cuando veíamos hablar a una persona sola deciamos: "ese está loco, habla solo", incluso sentíamos vergüenza ajena. Hoy en dia es al revés, todo el mundo habla solo, y decimos: "habla con el pinganillo". Decidme, ¿a cuántas personas habéis visto cantando por la calle? El otro día yo escuché a una, justo cuando salía de comprar del supermercado y me paré un segundo a verlo, parecía contento y es agracable ver a alguien asi. Hoy nadie canta por la calle, excepto cuando se va en grupo "alegre por los chupitos" o hay un partido de fútbol.
   Vergüenza. ¿Qué es lo que nos impide hacer? Tenemos miedo a que la gente nos juzgue, porque vivimos en una sociedad que todo se juzga sin ningún derecho y no somos quiénes para hacerlo.
   Cuando voy al gimnasio, voy con una camiseta algo anchita, para que no se note esa linea de flotación que tenemos en la cintura, claro, importa tanto el cuerpo perfecto, algo que no existe por cierto. Pues no. Hay que ir con ropa cómoda pero si marco la "morcilleta", es lo que hay. No soy un cuerpo diez.
   Este es sólo un ejemplo de muchos otros que hay y que nos limitan en nuestra forma de vivir. Abandonemos esa vergüenza, intentemos hacer cosas nuevas, atrevernos a saltar nuestra propia barrera, nadie nace sabiendo y todos tenemos nuestras limitaciones. Vale la pena probarlo.

6 comentarios:

ana dijo...

Bueno... ese miedo a ser rechazado lo vamos perdiendo. Afortunadamente.

Yo hay muy pocas cosas ya que no hago por lo que puedan pensar los demás. Esas personas que me son ajenas. Pero sí soy capaz de mucho por las personas que quiero. Me importa mucho su juicio. Eso también es una verdad. Supongo que es una contradicción, pero a veces somos así de complejos.

Y bueno... yo soy de esas personas que te puedes encontrar, tarareando una melodía sin ser muy consciente... jajajaja.

Un abrazo Noemí.

Noemí Baneem dijo...

Podemos llegar a volvernos titánicos cuando hay que hacer algo por alguien que te quiere, pero no es eso lo que quiero transmitir. olvidate por un segundo de ellos ...¿Y por ti? ¿Cuánto serías capaz de hacer por ti? ...pero piensalo sinceramente, sin autoengañarse.
ah, y si te veo cantar, ya me pararé a escucharte la melodía que tararees.
Cuidate ana.

ana dijo...

Yo... yo me cuido muy poco. Y sí, debería hacer más por mí. Pero no es el juicio de los demás lo que me lleva al olvido de mí misma...

... quizá no he entendido muy bien bien lo que querías decir.

Un abrazo.

Noemí Baneem dijo...

Nunca te olvides de ti, y no te preocupes por lo que entiendas o no, lo importante es la reflexion que haces... y por favor, no quiero profundizar pero date algo para ti, si tu te cuidas, cuidas a los demas... (eso dicen). Yo teo doy este minuto de lectura.
un abrazo Ana

Lisset Vázquez Meizoso dijo...

Muchísimas, son las cosas que no hacemos por vergüenza. Por suerte, con los años, nos vamos volviendo más desvergonzados porque según nos vamos quedando con menos años en nuestro saldo, vamos entendiendo que la única opinión realmente importante es la nuestra y que quien se merece mimos y caprichos somos nosotros y que nadie mejor que nosotros mismos para dárnosolos. Cada vez tengo menos vergüenza, soy de las que canta por la calle cuando voy escuchando música, ya sea conduciendo, haciendo la compra, en una cola, no me importa. Soy de las que a veces sale de casa con la ropa rara que no combina y calcetines naranjas. Soy la idiota que pone mariposas cursis hasta en la firma, la que lleva una planta en el coche, sí, esa soy yo, rara a más no poder y no me importa. Meto la pata constantemente pero sé que puedo ser feliz y que me lo merezco y no pretendo contentar a todos, ya sé, y aprendí hace tiempo, que eso, no puede ser. Besos.

Noemí Baneem dijo...

Lisset, yo llevo mi coche lleno de muñequitos...y me alegro de que seas asi.
Un abrazo