domingo, 27 de febrero de 2011

La gota que desborda

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   No sé cómo empezar. Todo surgió hace unos dias. Si, hace unos días me pasó algo que es normal en la vida, una situación de tantas como es el que dos personas no estén de acuerdo en algo. Hasta ahí todo va normal. Sin embargo, una vez hablado el tema, una vez solucionado, empezó a invadirme la rabia. Si, comencé a enfurecerme y de alli salieron otros sentimientos que, todos juntos provocaron un desequilibrio en mi ser, enfado, ira, dolor... tristeza. Pensé que conforme pasara el rato se me pasaría, hay gente que se enfada y desenfada con la misma facilidad, pero a mi me cuesta más. Me cuesta enfadarme, pero también desenfadarme. El dia siguió su curso, pero yo cada vez me encontraba peor. Así pasó un dia, y otro, y otro.
Cuando estaba en el tercer dia, fue cuando comencé a pensar y a preguntarme ¿por qué me he puesto tan enfurecida? ¿Que ha pasado? El problema no era importante y, además estaba solucionado, pero mi interior seguía enrabietado.
   Tal vez fuera la gota que desbordara el vaso, pero ¿de qué está lleno este vaso? Preguntas y más preguntas vienen a mi cabeza. Es dificil, a veces, cuando nos enfadamos por nada, ver como esa tontería ha sido el detonante, ha sido la que ha puesto en marcha nuestro mecanismo de defensa, la que ha provocado nuestro derrumbe, si, digo nuestro derrumbe, porque cuántas cosas soportamos, y nos da la impresión de que somos fuertes y las asimilamos... y luego, de repente, llega una solemne tontería y nos hundimos.
   Sé que la vida no es fácil, y vivirla mucho menos, que tras un problema hay una solución, y tras esa solución otro problema. Es un contínuo tira y afloja, pero... ¿cuál es nuestro límite?
   Hace mucho tiempo pensaba que era una persona fuerte, supongo que la juventud te hace creer eso. Conforme va pasando el tiempo, vas siendo consciente de tu fragilidad, de que no siempre es lo mejor el ser fuerte, que, a veces, hay que ser humano. Que las cosas no son tan importantes como parecen, pero mi ser interior quiere decir algo, quiere contar algo que yo desconozco, guarda historias que luego afloran de forma inimaginable, como en este caso, tras un problema solucionado... No lo entiendo, no comprendo qué me ha pasado, pero lentamente las aguas vuelven a su cauce. El vaso ya no está desbordado.

domingo, 13 de febrero de 2011

Paticipación catálogo "Con otras miradas"

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   El martes 8 de febrero, acudí a la presentación de la exposición "CON OTRAS MIRADAS" de PILAR AGUARON EZPELETA, en el Espacio Cultural Adolfo Dominguez de Plaza de España en Zaragoza.
   La velada fue muy concurrida, llena de familiares, amigos y representantes del arte y las letras de Aragón. Por supuesto que no faltó el vino, así como un estupendo bizcocho de "´Tellerda", del cual no quedaron ni las migas, estaba buenísimo.
   También se incluía en esta exposición la creación de un catálogo en el que 24 escritores hemos plasmado "con otra mirada" lo que nos transmiten los cuadros de nuestra amiga Pilar. Mi aportación al mismo ha sido este poema, inspirado en dos de sus obras cuyas fotos os adjunto para que podáis tener una mayor proximidad a lo que es la pintura de esta mujer, gran artista y escritora.
Si deseaís conocer algo más de su arte, os adjunto su página web http://pilaraguaron.es


UN COLOR, UNA MIRADA

Un rostro anónimo, una vida oculta.
Una mirada que penetra,
que me mira y me pregunta.
Una voz que sin música me habla.
Una tez curtida por el paso del tiempo
mostrando la dureza de los días pasados
y la belleza de los presentes.

Sus ojos son los que me miran
sus ojos son los que me ven.
Color en tierras sin nombre
encontrando sentido y vida
a lo inhóspito , a lo perdido, a lo vivido.

La suavidad de su piel,
la finura de su tez,
la frescura de su cuerpo escondido detrás de esas pinceladas.
El susurro del viento
la calidez de su mirada.
El rostro que vislumbra recuerdos de ayer,
que narra sin palabras
lo que han visto y lo que ven.
Una mirada puesta en la pasión.
Un alma que busca, un alma que pregunta.
Una cara, un nombre.


La suavidad del páramo
dejan en libertad
la soledad, la vulnerabilidad,
la pasión, el espíritu, la búsqueda,
el encuentro con la pureza,
el color de la inocencia.
De nuevo el viento susurra en mis oídos,viento de poniente
contándome lo que el sol ve,
un color, un olor, un perfume, una flor.
Paisajes lejanos, rostros cercanos,
lejanos rostros en paisajes cercanos.
Amores profundos, amores vividos,
amores perdidos, amores sentidos.

Nacido de la nada, cada cuadro
oculta con mesura su alma de seda.
Un paisaje, una cara,
Un color, una mirada.


© Noemí Baneem