miércoles, 27 de julio de 2011

Castillo de Montearagón

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Eres la sombra de lo que fuiste
menuda cuesta se sube para llegar a ti
pero me encanta verte todas las mañanas
porque sé que siempre estás allí.

jueves, 7 de julio de 2011

Cuidar la amistad

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   Siempre se ha dicho que, en los momentos de dificultad es cuando sabes quíén es tu amigo y quién no. Todos nos hemos llevado alguna decepción cuando alquien nos ha defraudado donde nosotros habíamos depositado toda nuestra confianza. Pero también nos hemos llevado alguna alegría, al saber que ese otro alguien está a nuestro lado, está cuando lo necesitamos, y nosotros no le hemos prestado la debida atención, la que se merece.
   El camino de la amistad es muy complicado, es largo y hay que cuidarlo y mimarlo mucho. A veces, ensimismados en nuestro propio egoísmo, no somos capaces de ver el daño que hacemos a los que más queremos, o exigimos lo que no tenemos derecho a exigir.

  
   Hacer una pequeña reflexión sobre lo que tienes a tu alrededor, sobre las personas que te cuidan, la personas a las que tú les importas, vale la pena. Son las que menos te piden, son las que más te dan ¿y tú?  A veces, es tu propia inconsciencia la que te traiciona, dejándote ciego y no permitiéndote ser conocedor de tales hechos. A veces, esa ignorancia provoca dolor en el otro, un dolor dificil de curar... A veces, es tarde ya para actuar, tarde ya para corregir el error.
  Creo que la sinceridad es la mejor medicina para esto, aunque muchas veces te cueste la amistad. Quién no ha oido el dicho "el que dice las verdades pierde las amistades"... Dime ¿serías capaz de contar una verdad a una amigo aun sabiendo que lo vas a perder? Si de verdad es amistad lo que tienes, si de verdad le quieres..., yo sí lo haría.
   Amistades olvidadas, amistades lejanas, amistades perdidas, amistades dañadas. No quisiera olvidarme de nadie, de aquel que, ya sea por temor o por vergüenza, no me atrevo a llamar porque ha pasado mucho tiempo, de aquel que en su día me dió todo su apoyo y yo le ignoré, de aquel que, aun sabiendo como soy, me acepta sin reparos. Amistad, divino tesoro.