miércoles, 1 de septiembre de 2010

Naúfrago


Naúfrago

Nací como los demás,
pequeño pero capaz de crecer.
Me entregué al mundo
lleno de felicidad.
Mi sonrisa reflejaba
la vida, pura y nada más.

Pero un día naufragué
y mi corazón cayó a la mar,
en medio de una tempestad,
nadie me oyó gritar.

Pronto aprendí a nadar.
Pronto aprendí a luchar.
La mar en calma, preludio
de la tormenta que viene y va.

Poco a poco con el tiempo
aprendí a vivir en soledad,
mejor eso que morir ahogado
del viento y la furia del mar.

¿O no? Tentaciones tengo
de dejar de nadar,
que la tormenta termine
aquello que empecé a pensar,
después de tanto tiempo
de vivir en soledad.

Los barcos veo pasar
de un lado a otro del mar.
Lejos muy lejos quedan,
y ninguno quiere parar,
sólo su estela me dejan tocar.
Soy náufrago de la mar,

A veces, para descansar,
el balanceo me deja soñar
aquello que pudo ser y no fue.
Pero las olas me salpican
y me dicen en realidad
aquello que fue y no pudo dejar de ser.

Náufrago soy, castigado
por la dureza de la mar,
Náufrago soy, abandonado
a vivir en soledad,
Náufrago soy, lastimado
por el amor perdido.

Corazón era, cuando caí
Náufrago soy, mi corazón perdí.

                                                                                Noemí Baneem

3 comentarios:

Anónimo dijo...

no solo la estela,aquí van también mis redes.
Más barcos y más mares, cuadros de Turner (museo del prado)
La anónima

Noemí Baneem dijo...

Es bonita la imagen ¿verdad? Ayuda a integrar el contenido del poema. Gracias anónima no tan anónima

Anabel dijo...

Es maravilloso encontrar a más naúfragos en este inmenso mar.

Me encantan los dos últimos versos.