sábado, 8 de enero de 2011

Transparencia

   Hoy, cuando volvía de trabajar, iba pensando sobre lo que podía contaros aquí.  Llevo varios días en los que no me sentía inspirada, en los que intentaba escribiros algo pero no encontraba la forma ni el ánimo para hacerlo. Hay días en los que no te apetece hacer nada, no tienes ganas, por lo que, es mejor no obligarse a ello.
  Pero no siempre esos sentimientos son positivos, no siempre estás alegre, no siempre estás de buen humor, y a nadie le gusta leer sobre temas negativos. Ya sabemos que en la vida tienes de todo y que, a veces, si estás triste, o no tienes mucho ánimo no pasa nada por contarlo, es un estado más y simplemente hay que vivirlo. Estas fechas no me han ayudado mucho a mi, son fechas que no me gustan, y procuro pasarlas lo más normales posibles.
   La naturaleza nos muestra su transparencia, su belleza, su dureza y su frialdad, pero no se esconde.
   ¿Y nosotros? ¿Por qué nos escondemos? 
   Escondemos todo aquello que no nos gusta, que no queremos, que preferimos dejar a un lado y olvidar. Afortunado es aquel que no lo hace, que no tiene miedo y que puede encontrarse a sí mismo, sin engaños y sin mentiras.


4 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Crees de verdad que existe ese "afortunado" que citas al final del texto? No será quizás la hipocresía o la falsa mentira la que le hacen actuar así. Enseñamos lo bonito y lo marivilloso que tenemos dentro, pero cada vez a menos gente, sólo a aquellas personas a la que quieres y sabes que te quieren, lo demás es "teatro, la vida es puro teatro..."
La transparencia como tal sólo existe en la naturaleza.
Empieza un nuevo año, imagina la de cosas buenas que van a pasarte y vas a tener a quién contar.
Un beso.
Cris

Noemí Baneem dijo...

Si que creo que existe ese "afortunado", pero son muy pocos los que se atreven, los que no tienen miedo, los que valoran la vida en toda su extensión, lo bueno y lo malo.
La naturaleza nos muestra su transparencia, el ser humano la esconde... pero existe.
Un abrazo mi anonima cris.

Lisset Vázquez Meizoso dijo...

Querida Noemí, si un día te aburres puedes leer algo de mi blog, que sé que conoces desde hace poco. Muchas entradas están dedicadas a las frustraciones, las tristezas, todas las contrariedades de la vida. Lo admito, no tengo miedo de mostrarme triste, cansada y acongojada. No tengo miedo de decir que la vida no siempre me va bien. El optimismo que la gente dice que tengo, es fruto de un constante recuerdo que me hago a mí misma de que esta es mi única oportunidad de ser feliz, o lo más razonablemente feliz que puedo ser, pues es la única vida que conozco y soy de tener los pies bien plantados en tierra pues ya los he paseado por muchos países y por muchas vidas. No se puede ser del todo transparente pero cualquiera que noz conozca, al mirarnos a los ojos, ve a través de nosotros, haya lo que haya detrás de la mirada. Quizás no siempre nos atrevemos a decir lo que pensamos, no del todo. No temas mostrar esa parte menos atractiva de ti. Los que aprecian tu persona, la quieren en conjunto, así como los que te admiran como autora. Nadie en su sano juicio puedes estar feliz en todo momento, no es natural. Un fuerte abrazo y feliz año nuevo.

Noemí Baneem dijo...

Lisset, el ser humano ya sabemos que tiene muchos estados de ánimo, pero sé que pocos son los que se atreven a leer cosas que no les gustan, ya sean porque son tristes, porque les recuerdan algo que no quieren recordar, etc. Ese tipo de escritura es complicada, tanto para el que la escribe como para el que la lee. Nos gusta lo bonito y con final feliz, cuando eso es justamente casi una utopía. Gracias por tus palabras.