viernes, 10 de septiembre de 2010

La palabra escrita es arte y vida, nunca una obligación.

Hay días que me siento delante del ordenador y, cuando intento escribir alguna entrada para el blog, veo que me quedo en blanco. Ese día me digo a mi misma: "No pasa nada, hoy no estás inspirada, ya saldrá otro día". En otros momentos, se me ocurren varias ideas, y entonces pienso: "esto lo prondré en el blog". Después, cuando me siento de nuevo para hacerlo, no encuentro las palabras adecuadas para ello... tal vez sea falta de inspiración, tal vez sea que en ese momento no tienes ganas de hacerlo, tal vez sea que mi mente no quiera trabajar y se quede "en off"... El estado de ánimo también influye, creo que es lo que más, haciéndote a veces participe de esa apatía o esa pereza o esa alegria o esa pena, sentimientos que no siempre puedes dejar reflejados. Es más facil escribir con alegria que con tristeza. A todos nos gusta compartir las cosas buenas. Las malas tendemos a guardarlas, a esconderlas, a esconderlas incluso de nosotros mismos.


Pienso que hay que escribir pero sin obligación, con naturalidad, que las palabras fluyan sin ninguna limitación. Sólo asi pienso que sale la esencia que llevamos dentro cada uno. A veces, alguna persona de mi entormo me comenta "tienes el blog muy parado". Yo le contesto que las cosas son como son, y si no hay más, tal vez existan  motivos que no vienen al caso que impiden quizá esa mayor continuidad que a algunos les gustaría. La realidad es la que es y hay que aceptarla.

Cuando uno escribe, se comunica y transmite a los demás. Pero os pregunto ¿Cuántas veces os gustaría quedaros en un rincón buscando esa soledad necesaria, ya que te ha invadido un sentimiento o una emoción y no puedes con ello? Eso nadie quiere escribirlo.

Creo que la escritura (su contenido más bien) necesita y debe respirar. Es el reflejo de tus inspiraciones y tus espiraciones, del flujo de la vida, de los vaivenes de tus sentimientos, con sus momentos de compañerismo, de compartir y de sus momentos de soledad. No escribir también significa algo, es como el silencio en una partitura de música, sin él, no apreciaríamos el sonido que viene a continuación.

El que escribe, siente, vive, ama, llora, rie, respira, late, sufre... sólo hay que dejar que fluyan las palabras y estas te llevarán a alguna parte. Unas veces será un texto largo, otras un poema, otras una frase insulsa, otras una página en blanco, pero todo forma parte de ti.

4 comentarios:

Lisset Vázquez Meizoso dijo...

Estimada Noemí, me siento así muchas veces. Hace poco escribía sobre la búsqueda de la soledad como compañera, de la necesidad que tengo de escribir en mi mente mientras conduzco, mientras hago cola en alguna parte, mientras me evado del mundo con mis cascos y mi música mientras hago una compra en el supermercado. Cualquier sitio es bueno para que yo encuentre algo de inspiración, pero como bien dices, que nunca sea obligación. Yo no tengo un estilo determinado, cada día escribo sobre algo distinto, me da igual poesía, prosa, monólogos absurdos, fotografía, la última manualidad estúpida que hice... Comparto mi vida tal y como la siento. Es cierto, por desgracia, que cuando estoy triste, también comparto eso. Llevo tres meses en los que he resumido mucha tristeza en mi blog, he hablando tanto del desamor que creo que algunos lectores se han aburrido de mí, pero no puedo evitarlo... No te preocupes por no encontrar un día las palabras que poner en tu entrada en blanco.. otro día saldrán. Y si les gusta lo que escribes, otro día volverán y querrán más de ti, de tus letrajos. Pasaré con más tiempo a leer más cosas de tu blog. Besos.

Noemí Baneem dijo...

Bienvenida de nuevo Lisset. A veces, cuando te invade un sentimiento, sólo te salen palabras para reflejar ese sentir, y si te dura tiempo, tampoco quieres cargar a los demás con ese sentir tuyo. Como tu dices puede llegar a aburrir, yo creo más que puede llegar a cansar... pero bueno, ya pasará, y encontraremos esos ratos de inspiración... Gracias por pasar.

ana dijo...

Yo en estos momentos estoy muy perezosa, incluso algo ensimismada, y si despierto, estoy totalmente metida en la realidad del día a día. No tengo capacidad para escribir, no puedo hacerlo. Es como si me hubiera quedado muda. Últimamente lo que ocupa los ratos libres de mi tiempo es leer y dormir. Son rachas, supongo, Y vienen muy bien. Eso también lo sé.

Un abrazo.

Noemí Baneem dijo...

Ana, me alegra que estés por aqui de nuevo. También es bueno descansar, lo que no lo es sería forzar. Creo que, a veces, escribimos lo que sentimos, pero otras se siente pero sin letras, y ese vacio expresivo es el que nos enmudece. El tiempo dirá.