
un vago recuerdo de amor.
Mis ojos,
prisioneros de antaño,
deshojan a duras penas
los pétalos de su esencia.
Despierta en el hogar
una ilusión templada por una lágrima.
Y le pregunto incierto al presente
si está vivo lo que yo siento.
Y la pala del viejo levanta
el polvo de un amor encapsulado.
N. B.
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