lunes, 12 de abril de 2010

¿Cuántos bolígrafos tienes para escribir?


   Hoy, mirando mi escritorio, me he quedado observando el cubilete lleno de varios bolígrafos y lapiceros. Decido vaciar el cubilete para comprobar cuántos de estos boligrafos escriben bien todavía. Cuál es mi sorpresa al ver la diversidad de materia que tengo: no existen dos bolígrafos iguales. Todos son diferentes. Es curioso.
   Cojo el primero que pillo. Es un rotulador permanente de punta fina.  Marca Stabilo. Suelo elegirlos de punta fina porque así no arrastro la tinta al escribir (soy zurda). Es de color verde.
   El siguiente es un bolígrafo Pilot. Es transparente y con tape. No está mal esta marca aunque creo que no hay nada como como el BIC de toda la vida. También es de punta fina y pinta de color violeta.
   El tercero. Este es de otra marca, jetstream. Me gusta bastante porque se seca muy pronto la tinta. Es de los que sacas la punta del boli apretando en la parte superior del mismo (Clic). Es un poquito más gordo que los otros pero no me resulta incómodo. Pinta azul.
   El cuarto que cojo. Es muy parecido al bolígrafo pero es rotulador. Lleva un tape pero la tinta fluye muy suave. Es de la marca uniball. Pinta de color negro.
   ¡Vaya! El quinto es un lapicero, de la marca Staedtler. El de siempre,  a rayas negras y amarillas. HB2. Perfecto para hacer cuentas, o para dibujar. Y tiene mina. Importante esto de encontrarse el lapicero con la mina. Aunque tengo un tajador o sacapuntas en el cajón.
   Ahora saco dos rotuladores. Son iguales que el primero pero de color rojo y azul.
   Este si que es diferente. Es otro lapicero, pero a este hay que meterle esas minas alargaditas y delgaditas para que funcione. Luego apretando arriba del mismo, va saliendo poco a poco tanta mina como yo desee. Pero cuidado, que es frágil y se parte fácilmente.
   Me quedan seis bolígrafos más en el cubilete. Todos de aspecto diferente pero ya repito alguna de las marcas que os he descrito antes.
   Para terminar ya y dejarlo vacío, me queda otro lápiz de los de rayas, pero este es del número 4.
   Si me paro a pensar, cuento que entre bolis y lapiceros tengo más de 12, cuando para escribir sólo necesito uno. Y si escribiera hasta gastarlos todos, la cantidad de kilómetros de escritura que haría, eso suponiendo que fuera capaz de hacerlo. 
   Ahora dejo de pensar y devuelvo todo a su sitio, quedándome en la mano solamente uno.



5 comentarios:

Modestino dijo...

Que magnífica idea has tenido y que bien la has reflejado. Algún día tendría que hacer yo lo mismo, pues también tiendo a acumular bolígrafos: de propaganda, antiguos que funcionan mal, algún Bic, algún otro tipo "roller", ...

Noemí Baneem dijo...

Lo curioso es que además de tener un montón de bolis, encima buscamos uno que es con el que siempre escribimos...

Esterli dijo...

Yo he reflexionado muchas veces a cerca de la cantidad de bolis y lápices que acumulamos. En mi caso el número es casi incontable pues tenemos muchísimos que son de propaganda. Me genera una sensación de intranquilidad, de desasosiego. Pienso que es imposible acabarlos todos en una vida. Por lo tanto ¿qué sentido tienen si nadie los va a usar durante años y años? ¿Por qué acumular cosas innecesarias a lo largo de la vida? Objetos carentes de sentido; pues el sentido a los objetos lo da el uso: éste escribe bien éste me trae suerte éste para el bolso...
Además; unos tenemos tanto y otros tan poco; seguro que hacían feliz a muchos.
Con mi mentalidad práctica hago lotes de bolis y lápices y reparto entre los amigos... Intento vano de paliar los remordimientos del almacenaje insolidario.

Noemí Baneem dijo...

Yo lo que hago es que de vez en cuando repaso lo que tengo y me impongo la obligación de que haya un numero máximo de boligrafos, como es el caso. Los demás, los que no sirven se tiran, los que sobran los doy, y no recojo más porque ya tengo. Simplemente digo No gracias. De esa manera no lo lleno todo. Y sobre todo, sólo son bolígrafos. Dejemos cada cosa en su sitio, con tranquilidad.

ana dijo...

Para mí son una perdición; los bolis, los lápices, los portaminas, los rotuladores... y los cuadernos.

No los cuento, porque me entra remordiemiento. Es una debilidad... ainsss...