Caminos que se cruzan,
caminos que desaparecen,
caminos sin final,
personas que están y luego se van,
pero a tu lado, ¿quién va?
Un camino paralelo,
ese siempre contigo está.
Un mismo sentido
entonces contigo se va.
Caminos paralelos.
Miro a mi alrededor y no había casi nadie en la calle, algo normal. El botellín de agua que llevaba creo que no tardó ni diez minutos en convertirse en un botellin de agua hirviendo, pero sigue siendo agua, por lo que no hay que tirarla. Antes de hacerlo es necesario encontrar una fuente. Buscando buscando encuentras bastantes, pero como tiene que ser una fuente que emane agua, ya no son tantas. Es lógico que dada la época en la que estamos algunas fuentes naturales se secan, pero hay otras, las artificiales, las que hacemos nosotros, que las cierran, por lo que casi no tenemos fuentes donde poder beber. Si, podemos encontrar la gasolinera de Repsol o de Campsa que tiene tienda, podemos encontrar alguna casa donde amablemente puedan llenarnos el botellin, pero... fuentes, pocas. Lógicamente acabo bebiendo el agua del botellín que, aunque caliente, me quita la sed.